Después de que estos últimos años numerosas mujeres se sometieran a diferentes tipos de tratamientos clínicos para rejuvenecer el aspecto de su rostro, el mundo de la estética está notando un cambio singular con respecto al tipo de resultados que empieza a pedir el público adulto. Todo parece indicar que estamos ante un nuevo concepto de belleza para pieles maduras, una visión diferente que tiene como base el aspecto natural.
Este boom se denomina glow (brillo en inglés), y se basa en conseguir un rostro radiante, pero no estirado. Tensar hasta lo máximo ya no está de moda, sino cuidar otros factores del envejecimiento como la aparición de manchas y falta de luminosidad. De lo que se trata es de conseguir un cutis radiante, que se muestre descansado, jugoso y bien nutrido. Estos beneficios no te los proporciona el lifting, que solo se encarga de estirar la piel, lo que al final siempre termina por mostrar una apariencia extraña, como es el caso de Isabel Preysler estos últimos años.
La delgadez tampoco ayuda nada a conseguir un rostro luminoso, ya que se van formando concavidades en la cara que producen efectos sombreados. Por este motivo, los últimos tratamientos médico-estéticos se encargan de trabajar los volúmenes y, por supuesto, la luminosidad. Los estiramientos se están dejando para zonas como frente y entrecejo, pero otro tipo de arrugas se corrigen inyectando sustancias reabsorbibles que hacen de relleno y dan como resultado un rostro con mayor simetría, gracias a la recuperación de los volúmenes perdidos.
Para las manchas y la luminosidad, hay tratamientos despigmentantes que se efectúan en este tipo de clínicas, así como también habrás notado que los cosméticos más demandados en estos momentos son todos aquéllos que se encargan de proporcionarte luz: prebases, bases luminosas, BB Creams, iluminadores en polvo, stick, líquidos… multitud de productos que te ayudarán a conseguir el deseado efecto buena, que es el que realmente favorece, y no el tensor.