Eliminar las células muertas y favorecer la regeneración de la piel es algo fundamental para mantener la belleza y frescura de la misma.
Ahora que ya hemos visto en qué consiste exactamente la exfoliación y con qué productos podemos llevarla a cabo, lo mejor será que conozcamos cuál es la mejor manera de realizarla.
Tanto para aquellas que la realizáis por primera vez como para las que siempre lo habéis hecho a vuestra manera, aquí dejamos una rápida guía paso a paso para que realicéis el tratamiento de la mejor forma posible:
1. Lo primero que debes hacer antes de ponerte manos a la obra es humedecer la piel, pues de este modo conseguirás que tu piel se encuentre más favorable a la eliminación de las células muertas. En este sentido, el momento del baño o la ducha son muy apropiados para este tratamiento.
2. Toma con las manos un poco del producto exfoliante o de tu propia receta casera y aplícalo con masajes circulares sobre la piel, no excesivamente fuertes como para irritarla pero tampoco demasiado suaves como para que no acaben de hacer efecto. Puedes utilizar una esponja vegetal y hasta un guante de crin para las zonas menos sensibles del cuerpo.
3. Una vez realizado el proceso, retira el producto enjuagando con agua tibia hasta conseguir retirarlo.
4. El proceso de exfoliación no estaría completo sin la aplicación de un buen tónico y de una crema hidratante que dé un aspecto más saludable, luminoso y en definitiva más hermoso a tu rostro.
Cuidado con la periodicidad de las exfoliaciones, pues, como en casi todos los aspectos de la vida, los excesos no son buenos: Si nunca has realizado una exfoliación o si hacía tiempo que no lo hacías, lo mejor es que realices el tratamiento semanalmente, pero si tu piel ya se encuentra habituada deberás hacerlo cada 15 días aproximadamente.
Además, si exfolias muy seguido podrías irritar tu piel consiguiendo un efecto contrario al deseado.