Las glándulas sebáceas que se encuentran en las raíces del pelo segregan grasa capilar, beneficiosa para que nuestro cabello esté suave y saludable y evitar que se rompa por una sequedad excesiva. Sin embargo, cuando se segrega demasiada grasa aparece el pelo graso, algo que también puede ser favorecido por unos inadecuados hábitos alimentarios, la ingesta de determinados medicamentos o porque no estamos cuidando nuestro pelo como deberíamos.
Asimismo, también puede lucir más o menos graso por causas hereditarias, por desajustes hormonales o por el clima. En cualquier caso, los consejos de hoy se centran en los cuidados que debemos darle a este cabello graso y evitar así que vaya a más o desemboque en otros problemas.
El lavado del pelo graso
Cuando laves tu cabello graso aplica productos específicos, así conseguirás equilibrar la producción de grasa capilar. Evita champús con proteínas o aceites. Deberás lavar tu pelo con frecuencia realizando un suave masaje en el cuero cabelludo. Hazlo con agua tibia o incluso fría, ya que si está muy caliente estimularás la producción de grasa y un último aclarado con agua fría tonifica y da brillo. Si te lo lavas muy a menudo usa champús suaves, y si lo haces con más frecuencia puedes emplear productos específicos antigrasa. También puedes eliminar su exceso aplicando mascarillas de arcilla.
Cuidados básicos después del lavado
Una vez hayas lavado tu cabello no lo cepilles en exceso ya que repartirás la grasa por toda tu melena. Puedes peinarlo con peines de plástico con dientes lisos y redondeados, evitando los metálicos. Además, no utilices acondicionador y evita en la medida de lo posible el secador, sobre todo muy caliente y cerca de las raíces. Seca tu cabello con la cabeza para abajo para separar la raíz del cuero cabelludo y evitar que se ensucie demasiado pronto. Tampoco abuses de gomina ni laca.