Que levanten la mano las que todavía no están no han empezado a pensar en empezar a coger ese colorcillo que tanto nos favorece en la primavera y el veranito… Pero, ¿está tu piel preparada para ello?
Probablemente ni te hubieses parado a pensar en esto, y es que tenemos la mala costumbre de tomar el sol sin tener en cuenta las necesidades de nuestra piel, que puede llegar a sufrir mucho en esta época.
La exfoliación, la hidratación y la nutrición son las claves de una piel sana y saludable para poder disfrutar del sol con menos preocupaciones en verano.
Debes comenzar por exfoliar tu piel para que ésta se ‘desintoxique‘ y pueda refrescarse eliminando además las impurezas. El objetivo de la exfoliación de eliminar las células muertas es algo que a veces no se consigue con facilidad, por lo que es importante que la lleves a cabo cada diez o quince días aproximadamente.
Como ocurre en el rostro, la hidratación de la piel de todo el cuerpo es esencial. Debes tener en cuenta que especialmente en las épocas más calurosas del año nuestra piel pierde muchísima agua, lo que acaba suponiendo sequedad, pérdida de elasticidad y un mayor envejecimiento de la piel.
El tercer pilar va algo más allá de la cosmética, y es que trata de nuestra propia alimentación: Beber dos litros de agua diarios, tomar alimentos ricos en vitamina A y B y llevar unos buenos hábitos son algunas de las pautas fundamentales para conseguirlo.
Por último, y aunque no debería hacer falta ni siquiera mencionarlo, utiliza cremas solares de protección alta cada vez que te expongas al sol.