La importancia de exfoliarse en la menopausia


La piel del ser humano se renueva de un modo natural cada 28 días. Esta acción va disminuyendo en intensidad a medida que pasan los años. A partir de los 30 empezamos a notar cómo la piel se vuelve más seca y tirante, esto es porque este proceso se va ralentizando. Finalmente, pasamos la barrera de los 40 y la piel acumula un exceso de células muertas que no ha conseguido eliminar.

Este hecho se agrava aún más cuando unos años después se inicia el proceso de la menopausia. Aquí llegamos a un punto de no retorno en el que es muy importante realizar desde fuera lo que nuestro cuerpo ha dejado de hacer desde dentro. Eliminar las células muertas de un modo correcto y continuado es la clave para poder lucir un cutis luminoso y más joven por más tiempo. De no ser así, ninguna crema que utilicemos hará los efectos deseados.

Las cremas de tratamiento para pieles maduras necesitan atravesar la capa más superficial de la piel para actuar correctamente. Si tu rostro no ha sido exfoliado, esas células muertas hacen de barrera e impiden una correcta absorción. Exfoliarse es una rutina de belleza que debemos establecer desde la juventud, pero que llegada la menopausia deja de ser algo conveniente para convertirse en algo imprescindible. La retirada de la menstruación influye negativamente en la renovación celular.

Acostúmbrate a exfoliarte cada 4 semanas, como si se tratara de un método natural. Independientemente de que utilices desmaquillantes con efecto exfoliante suave, cumplido este ciclo tienes que aplicar un producto que sea un poco más fuerte. Aprovecha esa sesión para regalarte a tu cutis un extra de hidratación aplicándote una mascarilla reestructurante. Por último, utiliza cremas específicas para pieles maduras, ya que sus principios activos incluyen los complejos vitamínicos que se van perdiendo al rozar la menopausia.

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