La exfoliación no es una rutina de belleza demasiado habitual entre las mujeres y, sin embargo, ya hemos visto en numerosas ocasiones los beneficios que puede proporcionar a la piel de nuestro rostro.
Si quieres adaptar este nuevo paso a tu rutina de belleza diaria presta atención al paso a paso que te dejamos a continuación y notarás los resultados desde el primer momento… ¡Tu piel estará radiante!
Los exfoliantes caseros o cosméticos son unos excelentes limpiadores para el cutis, y es que consiguen eliminar las células muertas limpiando los poros y preparando así la piel para que el resto de productos ganen efectividad.
Para aplicarlo en el rostro deberás aplicarlo mediante la siguiente pauta:
1. Elimina los restos de maquillaje y suciedad con una leche o loción limpiadora, enjuágala con agua tibia y mantén húmeda la piel de cara y cuello.
2. Aplica un poco de exfoliante con suaves toquecitos sobre la nariz, la frente y la barbilla y después extiéndela con los dedos para que quede como una mascarilla completamente uniforme sobre el rostro.
3. Entonces realiza suaves masajes circulares sobre el rostro para limpiar los poros, siempre con una suave presión aunque con delicadeza e insistiendo en las zonas más afectadas (generalmente barbilla y nariz).
4. Tras unos minutos de masaje enjuaga la cara con agua tibia para eliminar todo el producto y que con él desaparezcan por completo las células muertas de las que nos queríamos deshacer.
Con la piel ya limpia y seca puedes proceder a aplicar el resto de cremas y tratamientos: cremas hidratantes, antiarrugas, antiojeras o de contorno de ojos, por ejemplo, siempre adaptadas a tus características y necesidades.
Cualquiera de los anterioresganará efectividad sobre tu piel limpia, pues ya no existirán células muertas o suciedad capaces de obstruir la entrada de los productos en los poros.