A todas nos gusta dar una buena imagen, y por ello, cada día intento darte ideas, trucos y consejos sobre cómo peinarte y/o maquillarte. Pues bien, hoy le toca el turno a las cejas, una parte de nuestro rostro importantísima para endurecer o dulcificar los rasgos globales, y a su vez, enmarcar una mirada perfectamente maquillada. En primer lugar, un ligero paseo por la depilación de cejas, y decir que lo más importante, sea cual sea la técnica que elijas, es que te den una apariencia natural, de modo que conviene que elimines única y exclusivamente el pelito que sobra hasta lograr un dibujo simétrico y lineal.
Dicho esto, daremos paso a una técnica muy importante también, y ésta es el tinte de cejas. Independientemente de que tengas por costumbre teñirte en casa o en una peluquería, lo principal a la hora de elegir el color con el que te vas a teñir las cejas es que sea muy natural, algo que lograrás poniendo el mismo tono o muy similar al del pelo de la cabeza.
Para ello, hay varios tonos que puedo recomendarte en función de tu cabello: para pelo negro, te irá bien que tiñas las cejas con un tinte del número 3 al 5, cualquiera de ellos te quedará bien, pero si utilizas uno más bajo te quedarán muy oscuras y artificiales. Para pelo castaño, el 6 ó el 7 quedan muy bonitos y naturales. Para rubias, a mí me gusta el tono que da el número 8, como mucho el 9, ya que si utilizas el 10 quedarán muy naranjas, y lo que queda fatal es teñirlas con decoloración, aunque vayas de rubio platino.
La manera ideal de aplicar el tinte es con un bastoncillo de los oídos, de modo que no te saldrás del contorno, aunque te aconsejo que primero pongas alrededor un poquito de crema o vaselina. Bastará con 20 minutos de exposición, y las retirarás con un algodón seco y, posteriormente, con uno húmedo. En caso de mancha, no frotes muy fuerte, ya que la piel que rodea las cejas es propensa a quemaduras por frotación.