El paso del tiempo se refleja en el rostro no solo a través de las líneas de expresión o de las arrugas o por la aparición de la flacidez. También hay otros efectos que, normalmente, van asociados a la edad, aunque pueden aparecer en personas más jóvenes porque igualmente mantienen relación con las expresiones faciales que se realizan. Es el caso del rictus de la boca. Es decir, esos pliegues que van de la nariz a la boca y que hacen que parezca que se está disgustada o fatigada. En general, se empieza a marcar conforme pasan los años, aunque es un problema que a su vez puede verse en las mujeres más jóvenes. Por fortuna, hay solución y tratamientos que no son complicados con los que se consiguen buenos resultados.
El tratamiento
El rictus de la boca –también conocido como líneas o arrugas de la marioneta-, es un vaciamiento facial que es, como ya hemos comentado, más característico del paso del tiempo, siendo más evidente en algunas mujeres.
La mejor solución para evitarlo desde la aparición de las primeras señales o bien reducirlo es el ácido hialurónico. La clave está en que los pinchacitos con este componente permiten ayudar a redensificar la zona con un efecto relleno.
No obstante, aquellas personas que no quieran hacerse pinchazos, también pueden optar por incorporar a la piel de esta zona el ácido hialurónico con cremas. La efectividad de estas depende de si está o no muy marcado el rictus.
Otras alternativas
Para aquellas personas que tengan el rictus de la boca muy marcado, pero que no quieran recurrir a los pinchacitos, tienen otras alternativas. En estos casos, la opción pasa por las microcorrientes.
Este tratamiento lo que hace es desencadenar reacciones a nivel celular con las que se mejora la producción de colágeno, que es el relleno natural por excelencia porque ya está presente en el organismo.
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