Aunque parezca una de las partes más sencillas a la hora de comprar productos de belleza, la elección del barniz de uñas puede llegar a ser un continuo devenir de frasquitos nuevos que nos acaban decepcionando. Unos porque no cubren lo suficiente, otros porque saltan enseguida, otros porque forman rayas cuando secan… y todo esto sin hablar de lo pronto que se les va el brillo.
Por este motivo hoy he decidido dar algún consejo para comprobar la calidad, permanencia y brillo de los esmaltes de uñas antes de comprarlos. En primer lugar, el barniz hay que probarlo en la uña, no basta con ver el muestrario en tienda ni tampoco ponerlo sobre papel celo, tal como explicábamos un día en errores comunes al probar productos de maquillaje. Acude a la perfumería con las uñitas arregladas y solamente con la base transparente que debes utilizar siempre antes de aplicar el color.
Echa un vistazo a varios stands de las diferentes marcas que hay a tu disposición, esto te valdrá para conocer el colorido y comparar precios. Una vez tengas varios elegidos, empieza a pintarte una uña con cada uno de ellos y ve apuntando en un papel el dedo y mano, y a continuación la marca, número y precio del barniz. Aplica una o dos capas en función de la descripción del producto, ya que ahora hay muchos que se venden con la lectura de “una sola capa”.
Probando así los barnices podrás comprobar lo que tardan en secar, si quedan muy gruesos, si se vuelven mates enseguida… Una comprobación que te valdrá de mucho a la hora de elegir esmaltes tan especiales como los porcelana y los top coat, ya que el brillo inmediato desaparece en algunas marcas con las duchas u otras acciones. Solamente así podrás comprobar por ti misma el resultado que te da cada uno de ellos en un par de días. Después buscarás en el papel los datos del que más te gustó y podrás ir a comprarlo con la seguridad de no estar tirando el dinero.