La piel del rostro es uno de los grandes delatores del paso de los años y también de nuestro estado físico y psicológico, y es que la delicada y fina piel de nuestro contorno de ojos a veces habla por sí misma.
Aunque llevas años intentando mantener el sano aspecto de tu rostro con algunas cremas hidratantes debes saber que esto ya no es suficiente, y es que cada problema como las ojeras, las patas de gallo o las bolsas, por ejemplo, necesitan una solución específica dedicada únicamente a ella.
A las pieles adultas solamente les queda ya adulta contrarrestar los efectos del paso de los años, pero si eres joven todavía estás a tiempo de prevenir y alargar la aparición de las temidas patas de gallo en el futuro gracias a cremas específicas.
Si te encuentras por debajo de los 25-30 años bastará con que garantices una limpieza facial diaria que elimine los restos de maquillaje y que complementes esto con algunas cremas para el contorno de ojos.
Sin embargo, si consideras que ya tienes una piel madura deberás añadir a todo esto algún sérum, una de las grandes innovaciones de éxito en cosmética en los últimos tiempos. Estos productos poseen ingredientes activos contra el envejecimiento (ácido hilaurónico y retinoico), vitaminas antioxidantes, agentes tensores, y otras sustancias que ayudan a suavizar las arrugas de expresión. Aplica tus productos un par de veces al día con la piel muy limpia.
Por su parte, los problemas con las bolsas y las ojeras suelen estar relacionados con los hábitos de las personas (alimenticios, de sueño, etc.) o con las características de su circulación, por lo que a veces son inevitables.
En el caso de bolsas y ojeras la aplicación correcta será siempre de fuera hacia adentro, también con la yemas, pero con pequeños y rápidos toques (no se trata de extender el producto sino de activar la circulación en ésta delicada área de la cara).
Los casos menos agudos se corregirán con cremas específicas con descongestionantes, antiinflamatorios o drenantes que refresquen la piel (con ingredientes como el aloe vera, la cafeína o el té verde, por ejemplo). Utilízalos también sobre la piel perfectamente desmaquillada y limpia, por la mañana y por la noche.
Ya sabes, el secreto de una piel más joven no se encuentra solamente en los productos que utilizas sino también en tu interés y tu constancia por conseguir resultados. ¡No falles con tus hábitos!