No sé si te has dado cuenta, pero en los últimos años muchas marcas se han unido a la moda de incluir oro en sus productos. En el mercado ya puedes encontrar cremas, champús e, incluso, líneas de maquillaje que tienen a este elemento como principal protagonista, a pesar de ser uno de los materiales más lujosos y caros del mundo.
Propiedades del oro
Supuestamente, el oro revive y restaura, es antioxidante, aumenta la capacidad de las defensas naturales de la piel y el cuerpo, sirve para oxigenar y limpiar, disimula los poros dilatados, disminuye las líneas de expresión, aumenta la elasticidad de la piel, minimiza las posibles manchas que pueda haber, favorece la luminosidad y la vitalidad de la piel e, incluso, combate la deshidratación. En fin, todo un lujo, ¿no crees?
Desde la antigüedad
Como puedes comprobar, la sofistificación de la cosmética no para de aumentar. El oro, el diamante, las partículas, los microingertos, los polvos de oro y el extracto de oro son algunos de los componentes cosméticos con los que grandes marcas de belleza juegan hoy en día y que, desde hace relativamente poco tiempo, incorporan a sus productos. Sin embargo, este preciado metal ya era utilizado en la antigüedad por diferentes culturas. Por ejemplo, los médicos de la Corte Imperial de China utilizaban la hoja de oro pulverizada y espolvoreada sobre la piel para proteger el cuerpo de las agresiones externas y para nutrir y vitalizar la sangre.
Democratización de los tratamientos de belleza
Por suerte, los rituales con partículas de oro ya no son exclusivos de las celebrities de Hollywood, aunque ellas fueran las primeras en disfrutarlos. Aunque su uso más extendido es en protocolos faciales, su aplicación corporal es una auténtica pasada.
¿Ya has tenido la oportunidad de probar algún tratamiento basado en oro?