Son muchas las mujeres que han sido rubias de pequeñas y que al crecer su cabello se ha ido oscureciendo. Del mismo modo, hay otras que sin serlo, se van poniendo rubias paulatinamente hasta terminar con el pelo absolutamente platino. Nada qué ver con el rubio casi blanco que tan de moda estuvo el año pasado, especialmente en los pelos muy cortos. Sea como fuere, conseguir el color ideal no siempre es una tarea fácil.
Lucir una melena rubia platino es bastante complicado ya que exige una decoloración muy fuerte y continuada, con constantes retoques en la raíz. Si algún mes decides retocarte solamente con tinte para no dañar tanto tu cabello, el resultado ya no será el mismo, puesto que siempre se notará la línea menos aclarada de la raíz, que en muchos casos se torna un poco anaranjada. Por otro lado, la decoloración directa le quita bastante brillo al pelo, por lo que en una melena se va notando opaco y bastante quebradizo.
Después de lucir el pelo completamente durante una larga temporada, incluso años, hay muchas mujeres que se están animando a cambiar de tonalidad. La solución ideal es pasar del rubio platino al un rubio con mechas. Obviamente, el tono no es el mismo, pero el resultado es igual de favorecedor al rostro y mejora notablemente el aspecto del cabello. Puedes observar en la fotografía comparativa cómo en la imagen de la derecha se aprecia un pelo más fuerte, sano y con mucho más brillo que en la de la izquierda.
A pesar de que las mechas también se realizan con decoloración, el cabello sufre menos porque no se aplican en la totalidad sino en sitios estratégicos que pueden ir aumentando o disminuyendo según tus gustos. Otra ventaja es que las mechas se disimulan mucho mejor a medida que va creciendo tu raíz natural, puesto que se entremezcla el rubio con el castaño y no necesitarás retocarte con tanta frecuencia como con la decoración a solas.