En cualquier tienda y en cualquier marca nos podemos encontrar múltiples fragancias con aromas florales, amaderados, orientales, frutales… Son notas diferentes ante las que es, a veces, difícil elegir el más adecuado para cada momento y en función de la estación del año y de la personalidad de cada mujer. Una complejidad a la que se suma el hecho de que hay varias denominaciones como colonia, eau de toilette o parfum, entre otros. Y, aunque puede parecer que son iguales, lo cierto es que tienen entre sí diferencias significativas que conviene conocer. Aquí te contamos las particularidades de cada uno para que sepas diferenciarlos, elegir el que más te convenga y cómo se deben aplicar para sacarles el máximo partido.
Colonia
La colonia es uno de los términos más populares, además de emplearse de forma genérica para referirse a todo tipo de fragancias. Sin embargo, la colonia se define por ser una combinación fresca de esencias de plantas y cítricos, siendo la de menor intensidad de todas. Con ella, además, se puede rociar todo el cuerpo.
Eau de Toilette
El Eau de Toilette se usa como sinónimo de colonia, pero son diferentes. En este caso, estamos ante una fragancia más concentrada en la que el énfasis se pone en las notas de salida.
La manera de utilizarla también es distinta. Es mejor rociarla en el aire y dejar que las gotas de Eau de Toilette se depositen sobre la persona.
Eau de Parfum
La primera particularidad del Eau de Parfum es su mayor intensidad en el aroma, además de diferenciarse porque deja rastro. Es mejor aplicarla en pequeñas dosis para no desprender demasiado olor, sobre todo, si es fuerte porque puede llegar a molestar a las personas.
Parfum
Y, finalmente, tenemos que hablar del Parfum, que es el más concentrado de todos. De hecho, es la máxima concentración que hay. Un motivo por el que es suficiente con poner solo un par de gotas.
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