La polución, el exceso de rayos solares, los cambios de temperatura… son algunos de los factores que hacen que la piel pierda su luminosidad y firmeza y que contribuyen a que se vea más apagada. Para revitalizarla, hay cinco gestos en el día a día que son muy sencillos de hacer y que sí funcionan.
Luz
Las pantallas de ordenadores o de dispositivos móviles no afectan solo a la vista. Sus efectos igualmente se dejan sentir en la piel. Un exceso de exposición a la luz azul o la luz visible de alta energía (HEV) aumenta la fatiga celular.
Esto hace que la piel pierda luminosidad y se degrade el colágeno, favoreciendo la aparición de arrugas. Así, es importante aplicar una crema que proteja la dermis y actúe como una pantalla frente estos halos de luz. Además, también sería conveniente no pasar mucho tiempo delante de las pantallas.
Polución
La polución de las ciudades también favorece el envejecimiento prematuro de la piel. La solución en estos casos pasa por utilizar cosméticos antipolución. Se puede elegir entre cremas de cuidado diario, sérums, mascarillas, limpiadores…
Détox
Otro de los efectos de la polución es el estrés oxidativo, que hace que las proteínas se transformen en toxinas. Es fundamental aplicar una mascarilla antioxidante una vez a la semana como mínimo para recuperar la luminosidad de la piel.
Sensibilidad
La contaminación también hace que la piel esté más sensible y que, en consecuencia, aparezcan rojeces, picores… La solución pasa por utilizar productos como aguas terminales, aloe vera o rosa mosqueta, entre otros, porque ayudan a calmar la dermis.
Limpieza
Y, por supuesto, hay que limpiar la piel todas las noches, aunque no se haya utilizado ni gota de maquillaje. La polución se fija en la piel y obstruye los poros. La limpieza así es fundamental y el paso previo necesario para que las cremas de noche con activos antioxidantes surtan efecto.
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