Recuperar el color de las primeras mechas

Las mechas son uno de los trabajos técnicos de color que más se realizan, tanto en casa como en las peluquerías y salones de belleza. En realidad, es una opción que nos ayuda a cambiar de look, dulcificar nuestros rasgos y dar volumen al cabello, además de ser una solución perfecta para cabellos grasos o con tendencia a serlo. Una vez que te has puesto las mechas, tienes que retocar las raíces con cierta asiduidad, dependiendo del tono que te hayas puesto, y de si te sueles peinar con el pelo liso o rizado (ya que este último las disimula más).

Otro aspecto que hay que tener en cuenta, son los cuidados específicos para los cabellos teñidos o con mechas, ya que su color se puede ir deteriorando por el sol, el cloro de la piscina, u otros factores. Lo que sí está claro, por muchos cuidados que le des a tu cabello con los mejores productos y tratamientos, es que las mechas nunca vuelven a estar tan bonitas como el primer día que diste el paso para ponértelas.

Esto ocurre por la falta de contrastes, lo que significa que cuando te pones las mechas por primera vez, su color destaca tanto gracias a que el color natural de tu pelo actúa de base más oscura donde los mechones elegidos resaltarán mucho más. Con los continuos retoques, cada vez es menor la cantidad de pelo virgen que te va quedando, por lo que, con los meses, estás poniendo mechas sobre mechas.

Recuperar el color de la primera aplicación es tan fácil como realizarte, aproximadamente cada 6 meses, un barrido, esto es, teñirte completamente toda la melena con el que fue tu color natural y volver a empezar a sacar las mechas. De este modo, siempre tendrás el efecto contraste. ¡Ojo!, nunca hagas el barrido con un vegetal, no permite el trazado perfecto de la mecha posterior, lo mejor es hacerlo con el tinte total.