¿Sabías que viajar en avión puede dañar tu piel? El aire que hay en la cabina tiene una humedad de entre un 10 y un 20%, una cantidad muy baja si tenemos en cuenta que en tierra firme se encuentra entre un 70-80%. Es por ello que tu piel, si el viaje es muy largo, va a desequilibrarse y se puede secar más de lo debido si no la cuidas bien antes, durante y después del vuelo. Y si tienes tendencia a precisamente lo contrario, paradójicamente todavía se producirá más grasa, ya que tu rostro equilibrará la pérdida de agua generando más cantidad.
Si septiembre es el mes de tus vacaciones ya puedes poner en práctica estos consejos. Y tenlos en cuenta siempre que viajes para evitar que tu rostro tenga un aspecto de mayor tirantez y menor luminosidad.
Antes de subirte al avión
Para que tu piel no sufra en exceso durante el vuelo es recomendable que viajes con la piel limpia y sin maquillar; puedes ponerte rímel y un labial, pero evita las bases y los polvos. Si no eres capaz de llegar al avión sin tu maquillaje, incluye en tu neceser de mano unas toallitas desmaquilladoras para quitarlo en cuanto te sientes.
Durante el vuelo
Es importante que mientras dure el vuelo bebas mucha agua (más o menos un vaso cada hora) y te mantengas hidratada. Como extra, pulveriza tu rostro con agua termal y ve aplicando crema hidratante en la cara, las manos, los labios y las partes del cuerpo que tengas al descubierto.
Al aterrizar
Cuando el vuelo haya terminado deberás limpiar muy bien tu rostro para equilibrar tu dermis y devolverle la vitalidad e hidratación perdida. Puedes exfoliarla, darte tu crema habitual y aplicar una mascarilla para que recupere su aspecto y puedas disfrutar de tus vacaciones con un rostro radiante.