Preparar la piel para la depilación


A pesar de que lo más correcto sería que estuviéramos depiladas los 12 meses del año, es verdad que muchas veces nos saltamos este hábito. Y que es precisamente ahora, con la llegada de la primavera, cuando más dedicación le damos a nuestras piernas y al hecho de llevarlas perfectamente depiladas. En cualquier caso, y te depiles mensualmente o no, lo que sí que es siempre conveniente es aprender a preparar la piel para la depilación.

Por lo general, los métodos que más se utilizan en casa son las máquinas eléctricas que arrancan el vello, las maquinillas de cuchilla que lo cortan, o la cera en cualquiera de sus versiones: caliente, tibia o fría. Sea cual sea el sistema elegido por ti para depilarte, es muy importante que el día anterior dediques unos minutos a su la preparación de la piel, de modo que facilites el depilado y también beneficies la salud y la belleza de las piernas.

En primer lugar, conviene que les proporciones una buena exfoliación. Este paso es muy importante porque así ayudarás a levantar los pelitos que estén enquistados, algo que nos ocurre a todas muy a menudo. Del mismo modo, una correcta exfoliación elimina las células muertas de la piel, que son las encargadas de que a veces la cera no se pegue correctamente. De hecho, es posible que alguna vez te haya dado la sensación de que la cera no se adhiere bien o resbala un poco, y posiblemente será por no tener la piel preparada.

En segundo lugar, calma y protege la piel después de la exfoliación. Conviene que utilices una leche hidratante cuya fórmula sea ligera. Procura evitar ingredientes como aceites y mantecas, puesto que un exceso de hidratación también dejará la piel resbaladiza. Al día siguiente, no vuelvas a ponértela hasta después de depilarte. Y para facilitar la extracción del vello, convendría que te depilaras justamente después de la ducha, aprovechando que el agua caliente abre un poquito los poros.

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