¿Por qué no apretar un grano?

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Si creías que el problema de los granitos iba a acabar al finalizar la adolescencia estabas muy equivocada, ya que seguirán apareciendo el resto de tu vida, especialmente si tienes la piel grasa.

Eso sí, independientemente de que te encuentres en la adolescencia o en la madurez, deberás resistirte a la tentación de apretar el grano. ¿Por qué lo decimos? A continuación te dejamos un montón de motivos para no reventar nunca un grano. ¿Te apetece acompañarnos?

Dolor y cicatriz

El primer motivo que debería echarte para atrás a la hora de petar un grano es el dolor que puedes sentir al hacerlo. Pero eso no es lo peor, ya que después de haber sufrido extrayendo la pus del interior, se te quedará una marca que le recordará a todo el mundo, incluida tú misma, que ahí había un grano. Algunas de estas marcas se quedarán en tu rostro para toda la vida, así que piénsatelo bien antes de hacer nada.

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Una piel más vulnerable

A la hora de reventar un grano no lo piensas, pero lo cierto es que con este acto estás haciendo la piel más vulnerable, ya que será más propensa a coger más infecciones. ¡No olvides que nuestras manos están siempre llenas de gérmenes! De la misma manera, debes saber que apretando un grano expones al resto de la piel a los gérmenes que salen de la pus situada dentro de los granitos. Como consecuencia, las espinillas podrán aparecer en otros lugares de la cara.

Más sufrimiento de la cuenta

En definitiva, reventar un grano puede traerte más sufrimiento del que puede causarte tener esta marca en la cara durante una semana, que es lo que suelen durar estos pequeños enemigos.

¿Volverás a reventar un grano de tu rostro?

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