Los cambios de idea a última hora en la peluquería o las modas hacen que nos apetezca cortarnos una larga melena para estar a la última. Sin embargo, poco tiempo después del boom del corte de pelo, ya echamos de menos nuestro anterior look, y pensamos que nunca más volveremos a hacer algo así.
Sin embargo, hoy en día ya tenemos la suerte de poder cambiar tanto como nos apetezca, por lo que no debes temer si quieres atreverte con looks cortos o largos: las extensiones son la solución.
Para conseguirlas, sólo debes preguntar en tu peluquería. Aún así, nosotras te adelantamos algunas cosas que te pueden ser de utilidad.
Para empezar, debes saber que existen básicamente dos tipos de extensiones: las primeras, y más comunes, son las mechas individuales de cabello de origen indio tratado, que son unidas a la raíz de tu cabello mediante bolitas de keratina que sirven como ‘cola’ en tu pelo y que, además, ayudan a protegerlo.
Además, puedes elegir entre más de 40 tonos para buscar aquél que más se adapte a tu color, o jugar con varios tonos si tienes el cabello con reflejos o mechas.
Lo más pesado de las extensiones es, sin duda, el tiempo y la dedicación que necesitan. Parar empezar, cuenta con unas 3 o 4 horas para colocar las extensiones en la peluquería, y un par más cuando decidas quitarlas. Eso sí, lucirás una melena espectacular en sólo unas horas y podrás mantenerla hasta cinco o seis meses.
El segundo sistema es una tira de cabello postizo que se une a tu pelo natural a media altura de la cabeza, creando una capa más de cabello de una sola pieza. Si las quieres permanentemente, en la peluquería te las podrán junto a las raíces de tu pelo natural mediante un sistema de ‘cosido’. Sin embargo, este tipo de extensiones son menos comunes y menos recomendables ya que a menudo pueden resultar incómodas además de antiestéticas. Utilízalas para momentos puntuales sujetándolas con horquillas, pinzas o gomas.