Exfoliantes caseros para el cuerpo


En más de una ocasión he comentado que la limpieza y la hidratación son los pilares fundamentales para lucir una piel con un aspecto inmejorable. Esto tiene la misma validez a nivel facial y corporal, y en ambos casos hay una parte importantísima para conseguir los mejores resultados: la exfoliación. En el post de hoy veremos cómo elaborar algunos exfoliantes caseros para el cuerpo, y podrás utilizarlos en función de tu tipo de piel o época del año.

Esta distinción es importante, ya que al igual que en el mercado cosmético, en la elaboración casera también puedes conseguir exfoliantes más o menos agresivos. De este modo, los más suaves son idóneos para pieles sensibles o para uso diario, así como los más fuertes son para un uso específico en zonas en las que se acumula un mayor número de células muertas.

Ingredientes y elaboración

El exfoliante casero más suavecito que puedes tener siempre a mano consiste en mezclar una taza de azúcar con otra de tu gel de ducha habitual. Mezcla bien ambos ingredientes y aplícatelo a la vez que realizas movimientos circulares. Puedes usarlo tanto en pies y piernas como en brazos. Si necesitas algo más fuerte para zonas específicas como codos y talones, mezcla sal y aceite de oliva a partes iguales y masajéalo bien en esas áreas a tratar. En ambos casos, su uso es con la piel mojada y necesita ser aclarado posteriormente. Serán más efectivos si los aplicas con un guante de crin.

Un ritual de placer


La exfoliación es una parte de la rutina de belleza que da muchísima pereza a muchas mujeres, pero sus resultados son tan beneficiosos que es conveniente que la realices al menos una vez al mes. Por ese motivo, lo mejor es convertir ese momento en un ritual de placer. Anímate a dedicarte media hora a ti misma y date un baño de espuma super relajante. Aprovecha que la piel está mucho más receptiva para este tipo de tratamientos y prepárala para lucir más suave y firme sin ningún esfuerzo.

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