Una de las problemáticas estéticas más comunes en las mujeres es la piel de naranja, que aparece mucho antes que la celulitis e incluso aunque esta última nunca llegue a manifestarse. En la mayoría de ocasiones, si sigues unos sencillos consejos para corregir la piel de naranja pronto notarás cómo mejora el estado de tu piel, especialmente en zonas como muslos y nalgas, que son las que mejor reaccionan a buenos paseos y caminatas.
En otras ocasiones, si hablamos especialmente de concentraciones muy notorias y expandidas debemos recurrir a otro tipo de tratamientos de una índole más profesional. El público en general está muy familiarizado con intervenciones clínicas para acabar con la celulitis, siendo la liposucción la más conocida. Lo que ya no es tan común es que todo el mundo sepa que eliminar la piel de naranja también es posible con técnicas como la electroterapia.
La electroterapia es un método no invasivo que devuelve el estado óptimo a la piel con diferentes tipos de ondas y corrientes, por lo que no es necesario intervenir. Todas ellas son de baja intensidad y se pueden aplicar de diferentes maneras según el equipo que se utilice. Pueden ser bandas que se colocan alrededor de la región a tratar, o placas que se aplican en zonas muy concretas. También se pueden utilizar cabezales que se movilizan sobre la piel, o agujas que se implantan en los tejidos afectados (similares a las empleadas en acupuntura). Otro sistema muy empleado también es el que se realiza con el uso de electrodos.
Cualquiera de estos sistemas pretende una reducción del volumen local, algo que se consigue al liberar contenido de las células grasas. Asimismo también se consigue la producción local de ciertas hormonas que intervienen en la combustión de las grasas. Los mejores resultados se consiguen gracias a que la electroterapia actúa a su vez como gimnasia pasiva, por lo que se aprecia una notable mejoría de la microcirculación local y una tonificación de las estructuras del soporte cutáneo.