Aunque muchas personas todavía piensan que la belleza de un rostro es innata y no puede cambiar con facilidad, lo cierto es que hay algunas cosas que pueden ayudar en gran medida a que nos veamos más o menos favorecidas.
Una de ellas es evidentemente el maquillaje y, en consecuencia, también las sombras de ojos que utilizamos para realzar y embellecer nuestra mirada.
De hecho, equivocarte y elegir un color, una textura o un estilo que no te favorece podrá implicar que tu rostro se vea transformado: Cambiará el tamaño de tus ojos, su expresividad, su vivacidad y hasta su color, en algunas ocasiones (un efecto visual, evidentemente).
Precisamente por eso lo mejor es informarse y tener en cuenta la relación entre nuestras características y las técnicas y productos que nos harán más guapas o que, como mínimo, no empeorarán nuestro aspecto.
¿Qué características propias tener en cuenta? Es especialmente importante analizar la forma de tu cara, el color y la forma de tus ojos, el color de tu piel y hasta el tono de tu cabello.
Juntos, separados, grandes, pequeños, rasgados, redondos… De características como éstas dependerán el color de la sombra y también la técnica que utilices para maquillarlos (dar luz en el lagrimal, bajo las cejas, ahumar la mirada, utilizar eye-liner, etc.).
En cuanto al color de las sombras, es un error pensar que debes maquillarte con tonos similares al de tus ojos, pues aunque a veces da buenos resultados en algunas ocasiones también deja una sensación de invariabilidad que para nada realzará tu mirada.
Si te interesan los temas anteriores no pierdas más tiempo e infórmate mejor con nuestros artículos relativos a las sombras según el color de tus ojos o a la forma de los mismos… ¡Encuéntralos con nuestro buscador!