Para la mayoría de las mujeres el pelo conforma un porcentaje muy elevado de la importancia que se le confiere a la hora de conseguir una buena imagen, y la verdad es que es una de las características que mejor pueden definir nuestra personalidad y manera de preocuparnos. Lograr un cabello bonito, brillante y sano son las metas a las que todas aspiramos, metas a las que hay que añadir en algunos casos la longitud pues una larga melena también es el objetivo de muchas mujeres.
Conseguir el estado ideal para tu cabello y que puedas lucirlo todo lo largo que te gustaría es cuestión de la calidad que hayas heredado, del cloro y el clima del lugar en el que vives y de los cuidados que le das. Si todo esto ya resulta un poco complicado para las mujeres de cabello liso y/o ondulado, mucho más difícil es para las que lo tienen completamente rizado, pues un pelo de esta textura suele mostrar un aspecto mucho más seco.
Tener el pelo rizado es en muchas ocasiones una ventaja, puesto que te permite lavarlo y dejarlo secar al aire y que siempre se muestre con gracia, pero no por ello debemos olvidar que además de una concienzuda hidratación también hay que vigilar otros aspectos como el estado de las puntas, ya que la forma ensortijada de cada mechón dificulta bastante ver en qué situación se encuentran, algo que se puede observar con mucha facilidad en un pelo liso.
A pesar de que no salte a la vista, las puntas deben recibir sus mascarillas hidratantes habitualmente, y también es necesario que sean cortadas con cierta asiduidad, especialmente si sueles alisarte el pelo, ya que el calor directo del secador ayuda a que se muestren abiertas y dañadas. Puedes terminar el peinado con un ligero toque de cera para disimular el efecto que producen las primeras puntas estropeadas.