Los cuidados que requiere nuestra piel no son tantos si conseguimos de ellos hacer nuestra rutina diaria. Está claro, y lo repito día a día, que la hidratación es la base de todo cuidado facial. Lo que ocurre es que, a pesar de aplicarnos la cremita cada mañana y a veces, cada noche, llega un momento en que ves aparecer las primeras patitas de gallo y pequeñas fisuras en el contorno de los labios. Esto es habitual y no significa que estés haciendo nada mal, lo que ocurre es que la piel de esas dos zonas es mucho más fina y sensible, por lo tanto, es la primera que deja ver el paso del tiempo.
Ten en cuenta que expresiones que realizamos al hablar, reírnos, fumar o sorber por una pajita, inciden a diario en la deformación de esas zonas. Por ello, es importante que empecemos a utilizar cremas específicas para el contorno de ojos y para la comisura de los labios. Tienen mayor concentración en agua, puesto que son partes del rostro que tienden a la sequedad. Los tratamientos que debes aplicar en ambos sitios tienen en común los pasos a seguir, ya que pondrás pequeñas cantidades de producto, a modo de “lentejitas” y la extenderás con suavidad y con golpecitos. Estos golpecitos son fundamentales, ya que estimulan el riego sanguíneo a modo de bioelectricidad.
Si te ves apurada por las mañanas, no pasa nada, ya que la aplicación nocturna de estos productos es buenísima, porque preparas la piel para la noche, que es el mejor momento para su absorción, ya que está libre de contaminantes externos. En cuanto a los cuidados bajo el sol, recuerda que en ojos y labios deberás utilizar siempre factores de protección total cuando vayas a la playa o a la piscina. Sé que son más pastosos y poco favorecedores, pero evitarás acelerar el envejecimiento prematuro de la piel.