El pelo es uno de los aspectos físicos a los que las chicas le damos mayor importancia, algo que tiene su lógica, puesto que de su textura, color y forma, depende en gran medida la imagen que tenemos y que podemos proyectar a los demás. Lo que ocurre, es que es muy difícil encontrar a una mujer que esté cien por cien satisfecha con su pelo.
Las rubias quieren ser morenas, las de pelo liso tenerlo rizado, las de pelo corto dejarlo crecer… y viceversa. Sea cual sea el caso, hay solución para prácticamente cada caso, y es que, al fin y al cabo, como todo en la vida, lucir un pelo bonito con el que estés conforme depende, en gran medida, de los cuidados que le proporciones.
Pasada la época de los 80, donde las permanentes causaron furor, el pelo liso se instauró como un nuevo modo de arreglo que ha cosechado mucho más éxito y arraigo de lo que muchos podían pensar. Hay un porcentaje altísimo de mujeres con el pelo alisado, ya sea por ser natural, por moldearlo semanalmente, o por realizarse tratamientos de queratina o similares.
De cualquier manera, el pelo liso también necesita de unos cuidados específicos, para poder mostrarse siempre limpio, sin grasa, con las puntas cerradas, y las fibras unidas (que no se note quebradizo). Estos cuidados se inician, como siempre, con el lavado de cabeza; siempre que las características de tu cabello no necesiten de otro tratamiento, utiliza champús y acondicionadores que tengas componentes alisantes.
Después de un buen aclarado, termina con un chorrito de agua fría, esto mantendrá el cuero cabelludo cerrado y evitará grasas, y también le proporcionará más brillo; del mismo modo, no envuelvas el pelo en una toalla después de lavarlo, ese brillo se eliminará. Utiliza el secador desde el primer momento acompañado por el cepillo.
Si te secas mucho alborotando con las manos, el pelo se encrespa y después se nota quebradizo. No acerques mucho el secador a cada mechón y utiliza, preferiblemente, cepillos que no acumulen el calor. Si usas planchas, hazlo siempre con el pelo bien seco y desenredado. Cepíllate concienzudamente cada noche y no abuses de coleteros que deformen el alisado inicial.