Los atracones de las fiestas navideñas o la despreocupación de los meses de invierno son los principales responsables de que a partir del 1 de enero la mayoría coincidamos en uno de los buenos propósitos para el año que entra: perder algo de peso.
Y es que esos kilitos de más que hemos subido en los últimos meses deben desaparecer de cara a la primavera y el verano, y lo mejor es ponerse manos a la obra cuanto antes para hacerlo de una forma tranquila y nada desesperada.
Si quieres perder algo de peso sin machacarte un montón de horas en el gimnasio ni hacer estrictas dietas que te martirizan en el día a día atiende a los consejos que te dejamos a continuación:
– El primer paso es ponerte una meta y unas reglas básicas realistas no demasiado complicadas de llevar a cabo: determina cuánto peso quieres perder, realiza un planning con los días de gimnasio semanales y haz una lista con algunos de los alimentos y bebidas que debes rechazar, los que debes tomar moderadamente y los que de hecho deberías potenciar.
– Toma mucha agua e infusiones depurativas durante el día y muestra tu fuerza de voluntad renunciando a las bebidas que peor sientan a nuestra silueta como los refrescos azucarados, los que contienen gas o las bebidas alcohólicas, por ejemplo.
– A la hora de comer existen algunas claves que influirán de forma indirecta en la pérdida de peso. En este sentido, se recomienda tomar algunos buenos hábitos como comer más veces y en menor cantidad (cinco comidas moderadas en vez de tres demasiado abundantes), comer despacio para dar tiempo a que el estómago sienta la sensación de saciedad (aparece a los 20 minutos aproximadamente) o masticar bien para conseguir una buena digestión y absorción de los nutrientes.
Por último, procura no obsesionarte y pésate solo una vez a la semana o cada diez días, pues probablemente notes los resultados.