Dar lo mejor de nosotras y resultar atractivas a los demás no es algo que sólo proyectemos desde nuestro exterior, con nuestro pelo, maquillaje y vestuario. Hay aspectos que no se ven y que son fundamentales para triunfar, y uno de ellos es el perfume. En primer lugar, es importante que desterremos aquella idea de que tengo “mi” perfume, puesto que, al igual que cambias de ropa según para qué ocasiones, el aroma elegido tampoco tiene por qué ser siempre el mismo.
Este es un detalle muy importante, especialmente a tener en cuenta en los meses de verano, ya que nuestro cuerpo reacciona de un modo diferente a los olores cuando estamos expuestas a altas temperaturas, de ahí que muchas veces pensemos que nuestro perfume se ha estropeado, y no es así, sólo que en esta época tendemos a “avinagrarlos” un poquito. La temporada estival es perfecta para acompañar tu imagen más chispeante con fragancias que también lo sean, tienes multitud de marcas que te ofrecen las notas más cítricas o las más florales, que son ideales para las primeras horas del día.
Es importante que después de tu ducha matinal utilices una leche corporal hidratante sin perfume, ya que puede distorsionar la fragancia que piensas utilizar. Estas fragancias frescas suelen dispensarse con pulverizador, así que puedes ponerte incluso en las manos y luego acariciar los brazos para extender su aroma a la vez que te refrescas.
Para la noche, sí que puedes decantarte por ese aroma al que ya estás hecha, o utilizar fragancias más fuertes, más perfumadas, siempre que tu estilo de ropa también sea más señorial. La aplicación, en este caso, conviene que sea más exacta y precisa, para que esa esencia te acompañe a lo largo de toda la madrugada. No olvides que hay sensaciones memorables, y puede que alguien recuerde tu aroma aún cuando no estéis juntos.