A menudo pensamos que el mundo entero conspira contra nosotras para hacer aparecer esos antiestéticos granitos en el rostro justo aquellos días especiales que hacía tiempo que esperábamos.
Si quieres hacer que este tipo de imperfecciones pasen desapercibidos para los demás, coge tu estuche de pinturas y ponte manos a la obra.
Si creías que con la base de maquillaje te bastaba, estabas muy equivocada. Para camuflar los granitos necesitas como material básico un corrector, que debes elegir en función de tu tono de piel; tonos más claros u oscuros desentonarán y conseguirán precisamente el efecto contrario, que es llamar la atención sobre este punto en concreto.
Aplica el corrector (preferiblemente en barra) sobre los dedos y luego, encima de cada granito, aplica esta base con un pincel fino. Guarda este pincel solamente para este fin, y lávalo cada semana con agua y jabón para evitar dejar restos y que se reseque su pelo.
Después de esto ya puedes aplicar en tu rostro la base de maquillaje, siendo consciente de las zonas que ya han sido tratadas.
Por otra parte, si destacas otras zonas de tu rostro también conseguirás distraer la atención de este tipo de imperfecciones, así que ya sabes, ¡haz uso del iluminador, del rimmel o de la barra de labios!
Un consejo, aunque ya no concierna al maquillaje en sí: no explotes los granos, pues no sólo conseguirás un efecto muy antiestético, sino que además crearás una herida que puede ensuciarse con el maquillaje y otros factores externos, y que por lo tanto corre el peligro de infectarse.
Ya sabes, más vale disimularlo y esperar, ¡antes que crear daños en tu piel!