Elegir qué máscara de pestañas nos va mejor es toda una aventura, ya que en la actualidad podemos encontrar una grandísima variedad de fórmulas y aplicadores, y todos con unas promesas que no siempre acaban de cumplir. Alargar, dar volumen, separar, rizar… todo lo que muchas deseamos para acabar consiguiendo ese ansiado efecto pestañas postizas.
Así que cuando por fin damos con el adecuado, solo nos queda cruzar los dedos y esperar que podamos utilizarlo hasta que se agote. Porque aquí está el problema de la mayoría de ellos, que se secan mucho antes de que el producto caduque o llegue a su término. Por ese motivo hoy veremos cómo conseguir que el rímel seco vuelva a estar fluido, de modo que puedas disfrutar del tuyo desde el principio hasta el fin.
Un pequeño truco
La solución es muy sencilla y está muy a mano de todas nosotras. Se trata de añadir al envase de la máscara de pestañas una gotita de solución salina o de aceite de oliva. La solución salina la puedes encontrar en cualquier farmacia, y es la que se usa para las lentillas. Por lo general, el propio envase es un cuentagotas, por lo que te resultará muy sencillo echar justo la gota que necesitas. En el caso del aceite, te conviene utilizar una jeringuilla para no pasarte con la cantidad, ya que el rímel quedaría muy aceitoso y no te valdría para nada.
Máscara fluida
Después de haber añadido la gotita, cierra bien el bote de rímel y frótalo entre tus manos para favorecer su mezcla. Luego ya puedes volver a utilizarlo hasta que se seque otra vez y tengas que repetir de nuevo esta operación. De cualquier manera, si quieres evitar que tu máscara de pestañas se seque tan pronto, no olvides que no puedes bombearla y que siempre debes guardarla perfectamente cerrada.
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