Hay determinadas rutinas que podemos poner en práctica en nuestra día a día que nos ayudan a mejorar la salud y el aspecto de nuestra piel. El yoga es una de ellas. Con esta disciplina trabajarás tu flexibilidad y tu concentración, y sus beneficios se extienden hasta el área de la belleza. ¿Quieres saber a qué me refiero con esto? Entonces sigue leyendo.
Mejor circulación sanguínea
Practicar yoga de manera habitual contribuye a mejorar el flujo sanguíneo en tu cuerpo, algo que redundará directamente en un mejor aspecto de tu cabello, que lucirá más fuerte y bonito, y de tu piel, que estará más brillante y luminosa.
Adiós a las toxinas
Cuando haces yoga estás liberando toxinas de tu organismo. Esta eliminación tiene muchos beneficios para tu cuerpo. También para tu piel, ya que al eliminar todo eso que no necesitamos y que no es saludable estamos contribuyendo a que tu dermis se encuentre mucho más saludable.
El estrés no es bueno para tu belleza
Ya sabemos que el estrés no es el mejor aliado para tu piel. Puede producir un envejecimiento prematuro y hacer que tu rostro se muestre apagado, sin vida y con ojeras. Con el yoga vamos a trabajar la relajación y, en consecuencia, nos encontraremos menos estresadas y agotadas. ¡Es bueno para todo!
Piel oxigenada y elástica
Gracias las diferentes asanas que puedes hacer en clase de yoga vas a renovar tu cuerpo y tu mente. Aprenderás a respirar mejor, tu piel se llenará de vida y lucirá mucho más elástica y luminosa, ya que todo lo bueno que le demos a nuestro interior tendrá una repercusión hacia el exterior.
Además, tu rostro notará los efectos de dedicar una horas de tu semana a ti misma, a aprender a escucharte y a relajarte.