Combatir el fotoenvejecimiento es el gran objetivo de las principales marcas de cosmética. Diferentes estudios e investigaciones que dan como resultado una serie de productos que te ayudarán tanto a prevenirlo como a revertirlo en algunos casos. Hasta ahora, todas estas firmas ponían a tu disposición diferentes tratamientos de uso diario, así como gran variedad de fotoprotectores para los meses de sol.
En la actualidad la mayoría opta por añadir antioxidantes a sus líneas anti-edad, con el fin de obtener la mejor protección frente a los baños solares, ya que estos productos resultan ser lo más efectivo contra los rayos infrarrojos, que son más dañinos para el ADN celular que los UVB. La incorporación de los antioxidantes a las rutinas de belleza más actuales se está extendiendo en formato de tratamiento único e independiente, actuando de un modo mucho más eficaz que las cremas que los incorporan de manera adicional.
El sol es uno de los mayores enemigos de la piel, tanto a nivel salud como estética, y en este último sentido, los antioxidantes son capaces de proteger la piel de una parte del espectro de los UV de un modo que jamás han conseguido los productos solares más completos y prestigiosos. Esto es porque estabilizan los radicales libres, previenen las mutaciones del ADN, la inmunosupresión, el eritema solar, y además tienen cierto efecto corrector de las manchas, que son una de las consecuencias más visibles de los daños solares.
El uso de antioxidantes está indicado para el día, y debe ponerse en contacto directo con la piel, antes de la crema habitual o del protector solar. Sus efectos no son inmediatos, de modo que deberás esperar en torno a los 2 meses para apreciar sus resultados. Pasado ese plazo, notarás cómo sus ingredientes estimulan la síntesis de colágeno, controlan los procesos oxidativos previniendo el envejecimiento cutáneo, minimizan las manchas y aportan mayor luminosidad al rostro.