La caída de pelo es un problema estético que afecta de un modo diferente a hombres y mujeres. En el caso de alopecia masculina se vuelve mucho más evidente porque el mayor número de cabello que cae se concentra en la misma zona superior de la cabeza de un modo muy visible. En cambio, la alopecia en las mujeres se presenta de un modo más sutil, ya que es una caída difusa por diferentes zonas, incluso a veces no llega ni a ser caída, sino que el pelo se vuelve más fino.
Las causas de la alopecia femenina son muy diversas, aunque por lo general se trata de una afección hereditaria conocida popularmente como alopecia androgénica. Esta herencia genética puede venir tanto por la rama materna como por la paterna, e incluso afecta de un modo diferente a distintos miembros de una misma familia, saltando en ocasiones alguna generación.
Cuando las causas no son genéticas habrá que buscarlas en otros factores, que pueden ser internos o externos. Entre los internos destacan los desequilibrios hormonales como el hipotiroidismo, el hiperandrogenismo y la más común, el hipoestrogenismo, que es la caída de cabello en mujeres con menopausia. La alopecia en las mujeres también puede deberse a una carencia en minerales o vitaminas como Hierro, Cobre, Magnesio, vitamina B o proteínas. Todas estas carencias pueden ser detectadas por tu médico y ponerles remedio con complejos vitamínicos y/o una dieta completa que incorpore dichos minerales y vitaminas.
En otras ocasiones hay que buscar las causas de la alopecia en tratamientos médicos que estemos ingiriendo. Si bien es cierto que prácticamente todo el mundo sabe que los anticancerosos provocan caída, hay otras medicaciones cuyos efectos adversos también pueden producirla. Entre ellos los más comunes son los anticoagulantes, antitiroideos, beta bloqueantes, antidepresivos, y roaccutáneos. Por ello es conveniente que leas las contraindicaciones de una medicación antes de alarmarte por la caída del cabello, ya que generalmente ésta desaparece cuando terminas el tratamiento médico.