El láser fraxel o fraccionado es la última moda en los tratamientos para rejuvenecer el rostro. Este tipo de láser actúa sobre las partes dañadas de la piel y deja intacta las sanas, todo un milagro para mantenernos lo más jóvenes posibles.
Si estás interesada en no dejar pasar los años por tu piel, consulta este artículo para saber en qué consiste y qué ventajas tiene el láser fraxel.
El láser fraxel es uno de los avances más recientes en cuanto a los tratamientos de rejuvenecimiento. Se trata de una tecnología contra las arrugas, las líneas de expresión, los poros, las estrías, la flacidez, el acné y las manchas, entre otras muchas cosas.
Los rayos penetran en forma de puntos luminosos a través de la piel, provocando una renovación de la piel envejecida por medio de la regeneración de las diferentes proteínas de la piel. Antes de empezar el tratamiento, el paciente debe consultar al dermatólogo para que le aconseje sobre las sesiones que debe hacer.
Una de las principales ventajas del láser fraxel es que puedes realizar un tratamiento intensivo sin que provoque reacciones severas en la piel. No provoca efectos secundarios como incapacidad, cicatrices, costras o dolor. Simplemente puede provocar algunas pequeñas molestias que duran poco tiempo.
Dos o tres meses después de comenzar el tratamiento ya pueden verse los resultados progresivos del láser fraxel, aunque ya desde el primer día hay cambios visibles.
Otra de las ventajas de este tipo de tratamiento es que no solo sirve para el rostro, sino que puede aplicarse en otras zonas del cuerpo para mejorar otros problemas. Además, no es necesaria la utilización de anestesia general.
Cada sesión dura entre 30 y 45 minutos y la persona puede tanto afeitarse como maquillarse al día siguiente.
Una vez acabado el tratamiento, habrás conseguido una piel más saludable, tersa, fresca y joven.