A pesar de que muchas de nosotras adoramos lucir los looks de maquillaje más naturales que nos hacen sentir ligeras y nada artificiales, cuando llega la noche la mayoría nos transformamos con las sombras de ojos oscuras que aportan ese toque de elegancia y sensualidad.
Sin embargo, estas sombras pueden jugarnos una mala pasada si no conocemos las mejores formas, colores, técnicas y momentos para utilizarlas… Si andas un poco verde en el asunto atiende, porque este artículo te ayudará a determinar cómo y cuándo se convertirán en tus mejores aliadas.
Para empezar debes valorar que es lo que tú consideras colores oscuros, porque si reduces esta clasificación a los grises y los negros estás muy equivocada: los marrones, los violetas, los granates o los azules, por ejemplo, también pueden adquirir la profundidad del negro y son tan adecuados para todo tipo de ocasiones especiales o nocturnas como los mencionados en primer lugar.
Sin embaro, la técnica que utilizarás para maquillar tu mirada dependerá de tus gustos, estilo, ganas de innovar o de la ocasión que se presente, entre otros factores.
En cuanto a las técnicas, si buscas un estilo más suave y elegante te recomendamos apostar por los ojos ahumados (smokey eyes): la combinación de tonos muy claros y luminosos con otros más oscuros permitirá que tu mirada permanezca tan viva como siempre pero una dosis extra de delicadeza.
No obstante, si prefieres un look más radical y llamativo no dudes en innovar con uno de esos looks ‘total’ utilizando una sola sombra muy oscura sobre el párpado móvil a modo de bloque combinada con una casi invisible en el párpado superior.
Puedes encontrar este tipo de sombras de ojos tanto en texturas mate como brillantes, aunque desde aquí te recomendamos utilizar especialmente estas últimas para las ocasiones más festivas.
Deberías evitar estos tonos si tienes los ojos demasiado juntos, si son pequeños o si tienes ojeras muy pronunciadas.