Cambiar el color del pelo es muy socorrido cuando deseas un cambio de imagen total, y mucho más si te decantas por colores muy llamativos y artificiales. Volver a recuperar tu color de pelo natural es un proceso largo, pero que siempre puedes ir logrando con tintes más claros o más oscuros, dependiendo de cuál sea tu caso concreto.
Lo que sí es verdaderamente difícil es eliminar un tinte de colores especiales, que pueden ir desde el rojo y cobrizo, hasta los más chillones azules, verdes, fucsias, etc.; por ello, es importante que tengas en cuenta una serie de datos antes de decantarte por uno de ellos. Este tipo de tonalidades requiere siempre de una decoloración previa, que puede resultar muy dañina si la repites constantemente, pero que, de otro modo, nunca conseguirías fijar el color si no te la realizas.
Por tratarse de unos tonos tan poco naturales en el ser humano, estos tintes tan coloristas necesitan una pigmentación extraordinaria, que resulta muy fuerte, pero que tampoco perdura en el tiempo; esto es, días después de haberte teñido, el color fuerte y chillón que pretendías, se convertirá en una tonalidad similar pero más apagada.
Otro contratiempo que presenta este look, es que es muy probable que diariamente vayas eliminando restos, como por ejemplo, en la almohada, así como en los cuellos de las camisas u otras prendas, debido al roce y la sudoración, asimismo, los baños en piscinas y playas siempre te harán eliminar algún resto del producto.
No es que yo no esté de acuerdo con estos tintes personalmente, lo que me gusta es avisarte de todas las precauciones y/o desventajas con las que te puedes encontrar si te decantas por uno de estos colores. Y que cuentes, especialmente, con la información de que volver a lograr tu color de pelo sin que el otro aflore continuamente, puede llevarte algo más de un año.