Diferencias entre rinoplastia y rinoplastia de preservación

nariz
Seguramente habrás oído hablar de la rinoplastia en más de una ocasión. Se trata de la cirugía que te permite remodelar ciertos defectos de la nariz y modificar su tamaño. Por ejemplo, se pueden estrechar los orificios nasales o cambiar el ángulo que hay entre el labio superior y la nariz. Es una intervención que incluso permite solucionar problemas respiratorios.

Estamos hablando de una intervención que requiere anestesia general y que suele tener una duración de dos horas aproximadamente. Se separa la piel de la nariz del hueso y el cartílago y de esta forma se puede trabajar llevando a cabo pequeñas inserciones o realizando cortes. Es una intervención compleja que ha dado lugar a otro tipo de rinoplastia, que es la de preservación y se caracteriza por ser menos invasiva.

¿Qué es la rinoplastia de preservación?

La rinoplastia de preservación permite moldear la nariz empleando una técnica que no implica la alteración de vasos sanguíneos, ligamentos, cartílagos y dorso nasal. Es posible gracias a la utilización de un instrumento muy delicado que modifica tanto el tamaño como la forma de la nariz sin tocar su estructura exterior a lo largo de una intervención que no requiere ingreso hospitalario, a pesar de que también se recurre a la anestesia general para la tranquilidad del paciente.

Las clínicas de estética prefieren decantarse por la rinoplastia de preservación por todo lo que ello implica. De hecho, incluso después de la intervención se aprecian los beneficios en comparación con la rinoplastia tradicional, ya que no es necesario llevar tapones tras abandonar el quirófano y solo hay que llevar una férula nasal durante un periodo que suele oscilar entre los 8 y los 10 días.

La rinoplastia de preservación es muy recomendada para casos como el de quienes buscan mejorar la forma de la punta de la nariz para que se vea más definida y natural, ya que el resultado que se obtiene es el de una apariencia menos rígida en comparación con el obtenido tras una rinoplastia tradicional. Además, también es una técnica muy válida para estrechar el dorso de la nariz cuando este no es demasiado ancho.

Conclusiones

En definitiva, la rinoplastia de preservación es una nueva técnica que convence cada vez a más personas por todo lo que es capaz de aportar. En primer lugar, porque el resultado obtenido es más natural porque no se reduce la altura del dorso nasal recortando el hueso y cartílago en la parte superior, algo que sí sucede en el caso de la rinoplastia tradicional. En la de preservación lo que se hace es eliminar tanto cartílago y hueso accediendo por la parte inferior del dorso nasal.

En segundo lugar, se reduce considerablemente el riesgo de compromiso de la función respiratoria del paciente, ya que es más respetuosa con la anatomía de la nariz si se compara con la rinoplastia tradicional.

Por último, y no por ello menos importante, también hay que mencionar el tema de la recuperación. Con la rinoplastia de preservación la disecación se lleva a cabo de tal forma que no se ven afectados los vasos sanguíneos y linfáticos, por lo que hay menos moretones y la recuperación es más rápida y tranquila.

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