¿Quieres que tu mirada esté más abierta y deslumbrante que nunca? Quizá todavía no has incorporado el rizador de pestañas a tus rutinas de belleza pero si tienes alguna duda de cómo utilizarlo, tranquila, hoy las vamos a despejar todas. Hemos elaborado una guía para principiantes donde encontrarás los mejores consejos para sacarle todo el partido a esta herramienta. ¿Quieres descubrirlos?
Consejos para emplear el rizador de pestañas
Debes emplear el rizador antes de aplicar la máscara de pestañas, no después. Si las pestañas tienen rímel se pueden romper por lo que deberás asegurarte de que están limpias. Fíjate en que las gomas no estén rotas para evitar que dañen tus pestañas y si las tienes débiles o excesivamente finas un uso excesivo puede hacer que se rompan más.
Cómo utilizarlo
Abre el rizador y pon tus pestañas superiores, con los ojos abiertos, entre los dos extremos. Pon el rizador lo más cerca que puedas del párpado, pero sin pellizcarte. Cuando estén colocadas presiona y espera unos segundos. Abre el rizador para retirarlo, no tires ni deslices. Este utensilio te ayudará a potenciar tu mirada y a lucir unos ojos muy expresivos; si lo aplicas en tres puntos distintos todavía harás una curva más pronunciada.
Aplica calor
Para que tus pestañas permanezcan más curvadas y bonitas durante más tiempo, aplica unos segundos de aire caliente con el secador en el cabezal de rizador. Si tus pestañas quedan lo suficientemente curvadas y quieres lucir un rostro muy natural, puedes incluso no aplicarte rímel después.
El mantenimiento
La almohadilla del rizador hay que cambiarla de vez en cuando, cuando notes que está demasiado dura, agrietada o rota, o incluso cada dos meses aunque no la veas desgastada, para evitar complicaciones en los ojos. Con las almohadillas nuevas el resultado será mucho mejor y, sobre todo, no dañarás tus pestañas. Además, debes lavarla habitualmente con agua y jabón para evitar un deterioro prematuro.