Existen diferentes tipos de mujer y por lo tanto de belleza, algunos de ellos son bastante reconocidos socialmente cuando hacemos referencia a su denominación, como puede ser el caso de “belleza latina” y todos podemos imaginar pronto a una mujer morena y de formas corporales muy sinuosas. Lo mismo ocurre al hacer referencia a la “belleza nórdica”, un tipo de belleza totalmente opuesto al latino.
La belleza nórdica nos lleva a pensar en una mujer de piel muy blanca y cabello extremadamente claro. Este tipo de mujer recoge adjetivos que siempre la encasillan en dulce, inocente, angelical… nada qué ver con todo lo explosivo y sexy que define a una mujer latina. Por lo general, las mujeres de rasgos nórdicos tienden a maquillarse de un modo muy similar y casi siempre acorde a esas definiciones.
Solemos ver en ellas unos párpados maquillados con sombras cuyo colorido es muy similar a los azules o verdes de sus ojos, utilizando en muy pocas ocasiones el negro o los tonos chocolate. Del mismo modo, sus labios suelen lucir tonalidades muy neutras, basadas en los tonos nude o maquillaje, y sólo se arriesgan a subir esa tonalidad cuando juegan con la gama de los rosas, encontrando el tope en el fucsia, más propio de primavera y verano. Es un estilo de maquillaje favorecedor pero muy encasillado y a veces aburrido.
Una mujer rubia también puede permitirse probar a cambiar de técnicas y estilos, llegando a encontrar un maquillaje sofisticado más propio de las mujeres morenas, y que en ellas consiga el mismo resultado positivo. Hoy te traigo una imagen que lo demuestra, puesto que vemos una chica de rasgos nórdicos muy definidos en la que se ha logrado un trabajo espectacular en sus ojos, donde predomina el negro y que le aporta un aire muy enigmático a su mirada. Del mismo modo, los labios lucen una barra rojo pasión que resulta muy sensual. Una muestra clara de que a veces debemos arriesgar a probar cosas nuevas.