Agosto es el mes de vacaciones por excelencia. Pero no por eso debemos dejar de cuidarnos. Todo lo contrario. Es el momento ideal para prestarse más atención a sí misma y empezar rutinas de belleza y cuidado personal para continuarlas posteriormente a lo largo de todo el año. Y, por supuesto, no hay que olvidarse de los cuidados específicos que son recomendables en este mes, sobre todo, para la piel. ¿Qué necesita? ¿Qué pautas hay que seguir? Aquí tienes todas las claves.
Piel
En el mes de agosto, es fundamental prestar una atención extra a la piel. Aunque, como siempre, lo mejor es cuidarse todo el año. Es el momento de utilizar sí o sí –es decir, sin excusas-, el protector solar. Lo recomendable es un factor de protección solar de 30 como mínimo.
Además, hay que evitar la aparición de manchas y otras imperfecciones del rostro derivadas de la exposición a los rayos solares y como consecuencia, en general, de pasar más tiempo al aire libre.
Para estos casos, aparte de utilizar el protector solar, no te olvides de hidratar la piel con el aftersun tras la exposición solar con el fin de reparar los posibles daños que se hayan podido producir o evitar su aparición. Este tipo de productos es específico para cubrir las necesidades de la dermis tras los baños de sol.
Descanso
Y, por supuesto, el mes de agosto es ideal para decir adiós al estrés. Además de dormir mejor y el tiempo suficiente, es una época del año ideal para ir al spa y hacerse los tratamientos característicos, que redundan tanto en el bienestar de la piel como de la mente.
Ejercicio
Pero no todo puede ser descanso y relax. También hay que activarse. Y nada mejor que iniciarse en la gimnasia acuática para estar en forma y luego continuar la actividad durante el resto del año. Otras opciones son nadar o pasear por la orilla del mar. Cualquiera de estos ejercicios activa la circulación sanguínea, además de tonificar el cuerpo.
Y, si el destino de vacaciones es la montaña o zona rural, el senderismo puede ser una buena opción, así como otras actividades de turismo activo o de aventura, en función ya de la forma física que se tenga o de las preferencias y gustos de cada uno.
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