La rosa mosqueta es hidratante, nutritiva, regenera la piel, la reafirma y es un gran antioxidante. Normalmente se utilizada para combatir las estrías, atenuar y curar las cicatrices y para recomponer la piel que ha sufrido alguna quemadura. Pero tiene muchas más propiedades, para la piel, el pelo y para la salud, y te las voy a resumir a continuación.
Para la piel
La rosa mosqueta se puede utilizar en formato crema o aceite. Es un potente regenerador y lo puedes emplear en caso de quemaduras, cicatrices, estrías, para las arrugas, etc. Además, favorece la creación de elastina y colágeno, las células presentes en las capas más profundas de la piel que logran que ésta se mantenga firme y elástica. Te ayudará también si tienes eccemas o soriasis y es un gran cicatrizante. No es adecuado, sin embargo, para pieles con acné o grasas. La rosa mosqueta es, igualmente, muy hidratante, perfecta para aplicar en esas zonas del cuerpo más ásperas como talones o codos; asimismo, ayuda a combatir el envejecimiento ya que actúa sobre las arrugas no profundas y hace que tampoco aparezcan más, suavizando las líneas de expresión. Es un perfecto aliado para lucir una piel fresca, dulce, sana y joven sin ojeras ni bolsas.
Para la salud
Con la aplicación de aceite de rosa mosqueta conseguirás mejorar el flujo sanguíneo de tu cuerpo. Es antiinflamatorio y aporta energía a las células para que realicen sus funciones esenciales. Algunos estudios concluyen que alivia el dolor de personas con artritis y previene la aparición de enfermedades del corazón en personas con obesidad, según otros informes publicados.
Para el cabello
La rosa mosqueta repara el cuero cabelludo, sobre todo si el pelo está seco, encrespado o ha sufrido daños por las inclemencias meteorológicas como el sol o el frío. Le dará vitalidad a tu cabello y hará que esté mucho más fuerte y saludable.