Mostrar una mirada y un rostro luminoso es importante. Es señal de belleza y de que tienes una piel sana y cuidada, y hoy vamos a ver algunos consejos que te ayudarán a brillar con luz propia gracias al maquillaje, porque aunque te levantes cansada y con la piel apagada, con una mirada que denota los signos de agotamiento, tranquila, hay solución para todo. Que no falten iluminadores y antiojeras, y a disfrutar del día con toda tu intensidad y elegancia.
Iluminar el rostro
Para que todo tu rostro desprenda esa luz que tú ya tienes, es importante que, junto con un buen corrector, te pongas una base de maquillaje que sea del tono más natural posible y semejante al de nuestra piel. Y, si tiene efecto iluminador, mucho mejor. No te pases con la cantidad de producto si lo que deseas es aportar luz a tu piel. Puedes ponerte, también, polvos bronceadores (poquitos), colorete para subir el color y finalmente, otra capa finísima de polvos iluminadores en el hueso de los pómulos, puente de la nariz, centro de la frente y barbilla. Y siempre bien difuminado.
Cómo iluminar la mirada
Ahora vamos a ver cómo sacar todo el partido a tu mirada. Lo primero que has de hacer es aplicar tu base de maquillaje en el rostro, poniéndote un poco en el párpado, para que se fijen luego mejor las sombras, y en la zona de la ojera. Puedes hacerlo con un pincel. Después, ponte corrector de ojeras para terminar de camuflar esta parte más oscura y el iluminador. Recuerda que no es lo mismo un corrector que un iluminador, cada producto cumple su función. Para el toque final que ilumine tu mirada pone sombra de ojos clara en la zona del arco de la ceja y encima de la misma, difuminando un toque sutil en el lagrimal.