El paso del tiempo es inevitable, y nuestro cuerpo es fiel reflejo del transcurrir de los años, y así vamos notando como el pecho cae un poquito, los brazos no están tan firmes, y lo mismo ocurre con nuestros glúteos. En el rostro, ese cambio se nota básicamente en las arrugas, que pueden aparecer de un modo prematuro si no aprendemos a evitar las líneas de expresión.
Como su nombre indica, estas líneas nacen, entre otros motivos, de una gesticulación excesiva de la que no somos conscientes, y que cuando apreciamos, puede que ya sea tarde, y se hayan convertido en signos de envejecimiento. De hecho, son muchos los rostros de chicas jóvenes en los que podemos apreciar estas arrugas que aún no tenían por qué notarse, y que han nacido fruto de un descuido.
En primer lugar, es muy común el gesto de “fruncir el ceño”, y éste es el responsable de que tanto el entrecejo como el contorno de los ojos pierdan su tersura, para ello, es importante que protejas tu mirada con unas gafas de sol, aunque sea invierno, estación del año en la que no las utilizamos tanto, pero la claridad nos obliga a entornar los párpados continuamente. Además, es importante el modo en que apliques la crema específica para esta zona, que será trayendo hacia dentro el contorno de los ojos, y levantando hacia la parte superior de cada ceja la piel del entrecejo.
Para los labios, es importante que evites sorber bebidas con pajita, ya que ese gesto arruga muchísimo el labio superior, al igual que el hecho de fumar; no olvides que estas acciones se repiten numerosas veces a lo largo del día, por ello, deberías observarte delante de un espejo, y tratar de realizarlas de un modo menos notorio. En cuanto al tratamiento, cremas aplicadas partiendo de medio labio hacia el exterior, y movimientos ascendentes al llegar al término de la comisura de los labios.