Todo parece indicar que Jennifer López nos va a hacer mover las caderas este verano con su particular versión de “La Lambada”, bailecito que vuelve a ponerla en el ojo del huracán y hace que hoy te muestre el estilismo de la polifacética latina en cuanto a maquillaje y peluquería. Está claro que ni una estrella como Jennifer es capaz de brillar todas las noches, algo que tú misma podrás comprobar al comparar las dos imágenes que hoy te muestro, y que ambas pertenecen a apariciones sociales (ya que otra cosa es compararla arreglada y de calle).
Esta fotografía pone de manifiesto el porqué del hincapié constante que suelo de hacer de lo importante que es acertar al escoger la base de maquillaje; mientras que en la izquierda luce brillos e imperfecciones, en la derecha podemos ver un rostro completamente mate, más lozano, y que presenta una cobertura total, en la que no podemos apreciar ningún tipo de granito ni poro abierto, asimismo, el tono de piel, un poco más claro, la hace parecer más joven.
Además de la incorrecta elección del maquillaje, lo que más llama mi atención al ver estos dos estilos, son los ojos, donde encuentro varios puntos que comentar. Por un lado está el corrector de ojeras, que al ser más oscuro el de la izquierda, no le cubre las bolsas como debería hacerlo, así como las sombras, donde falla tanto en los tonos como en la aplicación.
Jennifer López tiene el párpado superior fijo bastante hinchado, por lo que los tonos marrones y camel de la derecha, y aplicados en forma de arco sin llegar a la ceja, le disimulan bastante esa hinchazón, algo que no ocurre en la izquierda, donde una sombra blanca nacarada, aplicada de un modo exagerado desde el saliente del lacrimal y cubriendo el total del párpado, no le ayuda nada. Añadir que, para llevar el pelo completamente retirado, es necesario lucir un maquillaje impecable, algo que no es así en esta ocasión.