En los últimos años son varios los productos nuevos que se han venido incorporando al kit de maquillaje. En concreto, para lograr un mejor efecto y apariencia de la piel, ahora no se usa solamente la típica base de color. Primero se incorporaron los correctores, cuyo éxito llevó a fabricarlos en distintas texturas, formatos y colores, incluido el verde para rojeces y venitas. Después nació el iluminador, que además de corregir imperfecciones, también se encarga de aportar luz a tu rostro, como su propio nombre indica.
Existen diferentes tipos de iluminador y en el caso de hoy hablaremos de todas las posibilidades que te ofrece el correcto uso del iluminador líquido. Este producto se vende, por lo general, en 2 formatos: tintero o rotulador. En ambos casos viene provisto de un cómodo aplicador que te ayudará a no excederte en la cantidad que usarás en cada aplicación. También están disponibles en varios tonos, pero ninguno de ellos es demasiado alto, pues perdería su esencia y se acercaría más al efecto de un corrector.
Su uso es muy variado y puede ayudarte a mejorar notablemente el aspecto de tu rostro si lo usas correctamente. Para borrar signos de cansancio deberás aplicarlo en las zonas de sombra de la cara: bajo el ojo y el labio inferior. Para iluminar la tez, traza pequeñas líneas en frente, patas de gallo y laterales de la nariz. Para abrir y realzar la mirada, hay 3 puntos estratégicos donde debes aplicarlo: bajo el arco de la ceja, en el centro del párpado móvil, y en el lagrimal.
Por último, otra aplicación para el iluminador líquido que es fantástica y no muy conocida: perfila el total de tus labios por el exterior y ve extendiéndolo para que no quede como una masa localizada. Con este truco lograrás realzar tus labios y obtener un resultado cuyo efecto es el de una boca más remodelad, con un aire mucho más sensual.