Esta madrugada tuvo lugar en Los Ángeles la 64ª edición de los Premios Emmy, considerados los Oscar de la pequeña pantalla. Una edición en la que la serie dramática “Homeland” fue la sorpresa de la noche, llevándose 3 de las estatuillas más importantes. Entre ellas se encuentra la de Mejor Actriz en serie dramática, que recayó en Claire Danes, que interpreta a una policía un tanto peculiar.
La actriz acudió a la gala con un llamativo vestido palabra de honor de Lanvin, siendo el amarillo canario el tono elegido, un color que viene fuerte a juzgar por los modelos vistos en la alfombra roja. La forma drapeada de la cintura no dejaba apreciar el estado de buena esperanza en el que se encuentra Claire en estos momentos. Completó su look con sandalias oro de Barbara Bui y pendientes y pulseras de Lorraine Schwartz.
En lo que a peluquería y maquillaje se refiere, la actriz lució un estilismo un tanto anticuado para mi opinión. Pasó de las mechas rubias a un cabello completamente teñido con poquísimas vetas que jueguen al tono sobre tono, y el resultado era muy artificial, tirando a anaranjado. Además llevaba las raíces sin retocar, y no precisamente como un gesto moderno, sino de dejadez, ya que cuando se quiere dar ese efecto el acabado se percibe de otra manera.
El peinado era con raya al lado y las puntas algo deshechas, un look que podía haber modernizado con pequeños detalles, como cortarla a la altura del hombro y darle una forma más cuadrada. El maquillaje tampoco me gustó especialmente: excesivo pigmento negro para enmarcar la totalidad de los ojos, y los labios completamente desnudos, sin resto perceptible de un toque de hidratación. Por su parte la totalidad del rostro mostraba un exageradísimo tono rosado. No me gustó nada.