La noche pasada tuvo lugar una nueva gala de celebración de los premios Grammy de la música. Una celebración marcada por el reciente fallecimiento de la gran Whitney Houston ocurrido apenas unas horas antes. Esta trágica noticia estuvo presente a lo largo de toda la noche, donde se pudieron vivir escenas de homenaje continuado por parte de sus compañeros.
Pero como suele decirse en las grandes ocasiones: “El show debe continuar” y la gran protagonista de la noche fue Adele, un nuevo talento que ha cautivado a todos. Adele optaba a 6 gramófonos, y con los 6 se fue para su casa, por lo que su presencia en el escenario era casi tan obligatoria como continuada. Luciendo un par de vestidos diferentes, optó en ambas ocasiones por un look total black, difiriendo en muy poco uno del otro.
En cuanto a peluquería y maquillaje, la gran galardonada de la noche iba arreglada muy acorde a su vestuario, pero no del todo favorecida. En mi opinión, Adele tiene uno de los rostros más bonitos que podamos ver en el panorama musical, pero creo que no le acaban de encajar con acierto un estilo que le vaya del todo bien. Tienden a peinarla a lo Rocío Jurado, dándole un aspecto de señora mayor que es completamente innecesario.
Con el maquillaje tienen algunos aspectos que me gustan más que otros. Por ejemplo, me encanta el tono de su piel, muy bonito y natural. El trabajo de los ojos en mi opinión era un poco exagerado, tanto en el grosor del eyeliner como en el aumento de pestañas. En cuanto a los labios, lució un rojo pasión en unos momentos, y una barra nude en otros. Mucho más favorecida con esta última, que le daba un aspecto mucho más juvenil y favorecedor. Adele es de ese tipo de mujeres muy bonitas que conviene maquillarla lo mínimo, puesto que cuanto más natural va, más guapa resulta.