Para una mujer, pocos momentos de su vida pueden ser tan entrañables como el de vivir un embarazo, siempre y cuando éste transcurra con total normalidad, algo que espero que así sea. Lo que ocurre es que a veces nos dejamos llevar por tópicos y leyendas tan típicas como las que dicen que “hay que comer por 2”, y cosas de este tipo; que siendo totalmente inciertas, siguen siendo de gran conocimiento popular.
Otra de esas leyendas populares que pertenece al campo que a mí me ocupa, el de la estética, es aquélla que dice que una mujer embarazada no se puede teñir, algo que es absolutamente falso, puesto que es imposible que la transpiración del producto haga daño alguno al bebé. Aún así, son muchísimas las mujeres que se plantean si dejar de teñirse durante la gestación, por miedo a que dicha leyenda tenga algo de verdad.
Cierto es que un embarazo te provoca un importante cambio hormonal, y que en ocasiones puede afectar al pelo, pero siempre en otros términos, como por ejemplo la caída y/o fragilidad, algo que sí que suele producirse, incluso en los meses posteriores al alumbramiento. Del mismo modo, granitos y lunares que pueden aparecer o desaparecer, así como problemas bucales, también son otras consecuencias factibles durante esos meses.
Como cambio hormonal importante, sí que es cierto que a lo mejor otro tipo de trabajos técnicos de peluquería, como una permanente, pueden verse afectados por tu estado de buena esperanza, puesto que al igual que le ocurre a algunas mujeres durante la menstruación, puede que el rizo no se forme como debiera; en todo caso, tampoco afectaría nunca a la salud de tu bebé ni a la tuya propia.
Un embarazo, a día de hoy, es una etapa más en la vida de la mujer, una etapa en la que puedes ejercer prácticamente la mayoría de tus rutinas diarias, en las que se incluye tu maquillaje y peluquería habitual, sólo que incidiendo en ponerte más cremita en la barriga para evitar las temidas estrías.