El eye-liner o perfilador líquido ha desbancado ya en muchos casos a los tradicionales perfiladores en lápiz, y es que los resultados que proporciona éste son muchísimo más vistosos gracias al intenso color negro que los caracteriza.
Si embellecer la mirada o modificar visualmente la forma de los ojos es una de las mayores ventajas de cualquier perfilador, los productos líquidos son auténtica garantía de éxito en tanto que ofrecen trazos limpios, no difuminados y de un intenso color que además no desaparecerá fácilmente de nuestros ojos.
Todas estas ventajas han hecho que muchas mujeres lo hayan convertido ya en uno de los básicos de su neceser, pero también es cierto que muchas otras no se han atrevido con él.
Si eres una de estas últimas y te gustaría probarlo toma nota de estos consejos, porque con un poco de práctica conseguirás unos resultados espectaculares… ¡Ya nunca volverás a los lápices!
La extraña y fresca textura del producto (que causa al principio un poco de sensación) y la suavidad que requiere el trazo hacen que este producto no sea precisamente fácil de aplicar. Si no quieres tentar a la suerte realizando la línea directamente sobre el ojo y jugándote de persistencia del resto de tu maquillaje, lo mejor es que practiques tu pulso sobre un papel y luego sobre una superficie curva para simular la forma del ojo.
Recuerda que el eye-liner líquido se aplica siempre sobre las sombras de ojos, muy cerca de las pestañas superiores y nunca sobre la línea inferior, pues podría causar irritaciones e infecciones.
Aunque lo mejor sería trazar la línea de una sola vez, si no te ves con la capacidad de hacerlo más vale que lo realices en dos o tres pequeñas partes desde el lagrimal hasta el extremo del ojo.
Recuerda no realizar trazos demasiado gruesos. En caso de que esto ocurriera y el maquillaje quede desproporcionado, borra todo rastro de lo anterior y comienza a maquillar de nuevo.