Cuando se tatúa la piel, es preciso seguir una serie unos cuidados para que no haya daños en la dermis y se consiga un resultado óptimo. Pero no son los únicos que deben tenerse en cuenta y adoptarse. También es preciso cuidar la dermis tatuada de los rayos solares y, especialmente, durante el verano. Aquí te damos unos consejos para que el tatuaje no se altere porque la luz solar va atenuando los colores o bien puede producirse alguna inflamación que deforme el diseño.
Los cuidados
Uno de los principales cuidados de la piel tatuada es evitar siempre que le de el sol. Como no siempre puede evitarse, es clave no olvidarse de emplear el protector solar, que debe aplicarse de manera abundante antes de la exposición a la luz.
Además, se recomienda realizar sucesivas aplicaciones cada dos horas porque el roce de la ropa o el sudor lo van eliminando. Por supuesto, es preciso aplicar el protector solar tras cada baño y con la piel seca.
En esta época del año, también está especialmente aconsejado utilizar cremas y productos que sean hidratantes con el fin de que mantenerla sana y tersa. De este modo, se evita que el tatuaje se vaya deformando junto con la piel por esa falta de tersura, que se acentúa por la falta de hidratación y nutrición.
Y otro consejo que debe seguirse sí o sí está relacionado con la depilación. En estos casos, cabe recordar que se debe evitar el láser de depilación en las áreas que están tatuadas.
La clave está en que el láser puede quemar la piel de las zonas tatuadas porque se encargan de destruir los folículos pilosos en los que se encuentra el vello, cuya localización se hace detectando la melanina, es decir, el pigmento oscuro que da color al pelo.
Así el láser puede entender que las tintas del tatuaje son melanina, quemando la piel. Aparte, el láser también absorbe los colores, lo que puede hacer que el tatuaje se deforme.
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