Anuncios de televisión, revistas, rostros famosos… son tantos los productos de tratamiento y colorido que tenemos a nuestro alcance que a veces no sabemos por dónde empezar ni cuáles elegir. Hay una gran verdad y es que esta variedad afecta a la edad, al tipo de piel y a nuestro poder adquisitivo ya que hay dónde elegir y a varios precios. Lo mejor es que conozcas tu piel y tus rasgos al milímetro, así sabrás lo que quieres potenciar y lo que necesitas mejorar. Acude a la perfumería con las ideas tan claras como cuando compras ropa (todas sabemos que prenda nos hace más culo o mejora nuestro pecho).
Conviene que tengas contacto con el producto que vas a adquirir, tanto del exterior como de su interior; así que no dudes en leer sus propiedades y en probar sus texturas. Lo ideal es acudir a tiendas donde te permiten probar, ya que los mejores resultados los tendrás en la zona directa de aplicación. Si lo que necesitas es un maquillaje ve un día con tiempo y la cara lavada, pruébalo en el mentón, ya que la mano no se parece en nada. Lo mismo ocurre con las barras de labios y lacas de uñas, sus colores varían un montón dependiendo de tu pigmentación y de tu calor corporal.
Compra lo necesario, no te atiborres de productos que luego se almacenan en un cajón. Es bueno dejarse asesorar, pero actúa con un poco de picaresca. Lo ideal es acudir a un local donde te atienda una dependienta en la que confías, ya que muchas veces puedes estar siendo atendida por promotoras de una marca concreta que harán lo imposible para que lleves todo de la firma para la que trabajan. Pregunta todas las dudas que tengas y compara precios, a veces te sorprenderás de que el mejor producto que va con tus características es de bajo coste.